Día de la madre empoderada y subversiva

La violencia de género, se filtra hasta llegar a todos los rincones en que la opresión hacia las personas categorizadas como mujer (y también a las personas que no se sitúan en ninguna categoría de género establecida como «normal»).

En el caso de la maternidad, la violencia de género aparece en forma de presión social de ser madre para ser una mujer completa, junto con otras opresiones como la de no ser madre muy pronto porque hay que cumplir también requisitos como una carrera profesional para que la gente pueda decir que «te has realizado».

Pero también, una vez que la mujer se queda embaraza se convierte en paciente, esto es, el embarazo, parto y posparto es una de las formas que toma la patologización de género, es decir, tratar procesos naturales como enfermedades, a las mujeres como inútiles que necesitan de atención profesional médica cualificada para poder traer una persona al mundo. Dentro de esta patologización del embarazo, parto y posparto, las mujeres viven incontables situaciones de violencia, es la llamada violencia obstétrica.

Para conocer más sobre ella, el colectivo PaReS (Parto Respetado Salamanca: http://partorespetadosalamanca.blogspot.com.es/) ha sido invitado a la charca para explicar todo este proceso, cómo se manifiesta esa violencia y cómo se vive.

Y además! distribuiremos información sobre el último libro de María Llopis (todavía sin terminar de editar) que se llama Maternidades Subversivas y que trata sobre partos orgásmicos, la relación sexual con les hijes que se tiene a través de la lactancia, etc.

Contaremos también con fanzines de la misma temática «Brujas, parteras y enfermeras«, «Parir desde las entrañas«, «Textos de Casilda Rodrigáñez» y el libro de Casilda «Pariremos con placer»

Sin título-3

Manifiesto por una guerrilla materna: http://guerrillamaterna.blogspot.com.es/2014/07/guerrilla-materna.html

… y aunque somos ranas, seremos gallinas viejas:

Fábula de la gallina

Picoteaba un día una gallina
entre unos desperdicios de cocina
cuando le sobrevino un deseo urgente
de alzar la vista al frente
y caminar con paso vacilante
(el cuello para atrás y para adelante)
hacia un montón de paja allí dispuesto.
Cacarea,se sienta,se menea,
pica, repica, suplica,
tuerce el gesto,se levanta, se vuelve,
cacarea,puja,empuja,apretuja y pone un huevo.
Un gato, que de todo fue testigo
(aunque el suceso no era nada nuevo)
reflexiona, lamiéndose el ombligo:
”A las puertas del siglo XXI
y que aún pongan los huevos de uno en uno!»
No alcanza a comprender su alma felina
que una simple gallina,
no sabiendo de ciencia, ni de oficio,
sin el auxilio de gente preparada,
ni acceso al beneficio
de la moderna técnica avanzada
esté a poner un huevo autorizada.
Se acerca el gato a un perro que dormita al sol junto al corral
y al oído unas frases le musita en tono coloquial:
”¿Se ha fijado, colega
en cómo pone la gallina, ciega
al peligro,sin método ni nada?
Hemos de poner fin a un sufrimiento
que hace de las gallinas instrumento
de la naturaleza desatada.”
”Tiene razón”,responde el aludido,
”que es la puesta una empresa complicada
para hacerla en un nido.
Hay que abrir un centro veterinario,
a modo de huevario,
en el que sea la puesta controlada
y el huevo por expertos atendido.”
Buscar deciden, pues, a la gallina
que a la puesta parezca más cercana,
y resulta ser tal la Serafina.
El gato le pregunta:
“Dime, hermana,¿no notas de algún huevo la venida?”
”Nada noto” — “¡Es puesta retenida!”
”Hemos de proceder sin dilación.
Estírate para la exploración.”
”¿Me siento así?” — “¡No, tonta, boca arriba!”
Procede a desplumar el perineo(¡qué vergüenza!).
“Colega, ya lo veo.Con una lavativa
y una infusión de hormonas adecuada
habremos de inducir ahora la puesta;
y una vez dilatada,hacer palanca con una cuchara
y recoger el huevo en una cesta.”
(Hubo de dar el gato una tajada,
porque,si no, no entraba la cuchara.)
Ya se extiende la voz: ¡Por fin la ciencia
da respuesta a este problema diario!
Las gallinas, con suma diligencia
acuden al huevario.
Y es fama que de ciento que allí ponen
son las cien boca arriba desplumadas
las noventa tajadas,las cincuenta inducidas,
cuarenta instrumentadas, y algo más de treinta
salen con un buen corte en la barriga.
Tan sólo una recela: nuestra amiga
que iniciaba esta historia.
Porque es gallina vieja,
que ya ha puesto mucho huevo en la vida,
y todo esto le huele más a esclavitud que a gloria.
¿No ha de tener mi cuento moraleja?
Hela aquí: Mujer, no seas gallina, y si lo eres, sé gallina vieja. Pregunta al que entusiasta te aconseja métodos tan científicos y nuevos. “¿Ayudas tú en verdad a la gallina, o sólo vienes a tocar los huevos?”

Y un poquito de autocrítica para reirnos de nosotras mismas:https://www.youtube.com/watch?v=nAd-Dyqq6nY

Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente.