Este 25N queremos visibilizar todas las formas de violencia sistémica que se ejercen sobre el género mujer y sobre todas las personas des-bordadas, esas que se encuentran fuera de las categorías rígidas y binaristas que este sistema patriarcal nos impone. Porque volvemos a repetir como otras ranas ya croaron antes: NO SON CASOS AISLADOS, ES EL PATRIARCADO.
Al oir «violencia de género» sólo se piensa en las mujeres asesinadas o maltratadas por sus parejas, pero violencia de género es más que eso: estética impuesta, patologización de género, discriminación por orientación sexual, acoso callejero, paternalismo…
Por ello, salimos a la calle con 5 performances que ponen en primer plano otros casos de violencia invisibilizada por las instituciones, los gobiernos, los estados y demás agentes de este sistema heteropatriarcal:
1. AUSENCIA (de olor)
Durante la tarde del 25N en el centro de Salamanca, unas azafatas ofrecen unas nuevas compresas que harán que nunca huelas a coño, porque ya se sabe que el olor del coño es asqueroso y que no podemos permitir en esta sociedad que algo tan despreciable como la sangre menstrual deje ningún rastro para el olfato, ni para la vista, ni para el tacto… mejor mujeres absteneos de menstruar.
2. Veet-e sin cejas
Casualmente a esa hora y en el mismo sitio, un puestecito de muestras ofrecía probar lo último en depilación, la cera para quitar de una vez por todas todos los pelos de las cejas, ¡¿cómo podemos seguir permitiendo que las mujeres osen tener siquiera un sólo pelo en su cuerpo?!
3. Rutas anti-violación
Y entre todo este caos de ventas, una cismujer y un cishombre que no se conocían para nada, recorren la calle con un mapa en la mano preguntando a lxs amables viandantes si les pueden señalar en el plano de la ciudad qué camino es el más seguro para llegar a su casa sin que les violen.
4. Escaneando machos
Los tíos están desmandados, algunos van provocando como nunca, otros no sabemos ni cómo se atreven a salir con esas pintas… alguien tenía que decírselo y para eso estábamos algunas paseando por la misma calle y ofreciendo nuestra opinión sobre sus cuerpos masculinos y sus formas de vestir y moverse. Porque sabemos que no nos han pedido nuestra opinión y, quizás sólo van así porque quieren y no porque su mundo gire en torno a nosotras, pero nos da igual, queremos hacerles saber lo que pensamos.
5. Me pica el coño
Una cismujer se retuerce de dolor en mitad del gentío que mira escaparates, no puede ni moverse, tiene que parar de caminar, no encuentra un sitio donde sentarse… su amiga la mira con cara de circunstancia, intenta buscar ayuda mirando a todas partes; cuando la gente se acerca a preguntar qué ocurre, la convaleciente responde que le pica el coño pero está mal visto que una mujer se lo rasque en público.
Para evitar reacciones contraproducentes, tras cada actuación, repartíamos un flyer:
